Las buganvillas más bonitas y variadas abundan en tierras levantinas y este verano me ha sorprendido la exuberancia y el colorido de sus flores.
En realidad no destacan sus flores sino sus llamativas brácteas que envuelven a las verdaderas flores.
Florece desde la primavera hasta el otoño y sus colores son variados como podéis comprobar, desde el blanco hasta el morado, siendo éste último el que mejor resiste nuestro clima.
Puede crecer sin problemas en maceteros y en jardineras, pero su verdadero esplendor lo tienen como arbusto. Mejor bien protegidas del viento junto a una pared y expuestas a pleno sol.
He tratado de reproducirlas por esquejes pero no lo he conseguido. Esta vez lo intentaré a final del verano y entre una tierra arenosa con buen drenaje, como mandan los expertos. Ya os contaré si lo logro.
Se dice que la buganvilla que 'cuanto más sufrida, más florida'. De hecho, es habitual ver casas con jardines abandonados llenos de hierbajos y con una buganvilla floreciendo espectacularmente. Otro día os hablo de la poda, imprescindible para que crezca proporcionada y compacta.
¡¡Bessos!!
